Actualmente nos encontramos ante un amplio espacio de alternativas online para acceder a distintos tipos de productos y servicios (comida, transporte, entretenimiento, etc.). La extensión de los medios de comunicación, así como la mejora y la diversificación de distintas plataformas o aplicaciones, han hecho que nos encontremos muy familiarizados con la comodidad y las ventajas (e incluso, las desventajas) de este tipo de conexiones. Sin embargo, en el campo de la salud y sobre todo en el caso de la terapia psicológica, quizá aún tengamos dudas.
A continuación, responderé algunos de los cuestionamientos que se presentan con mayor frecuencia, al inicio de un proceso psicoterapéutico en línea, y te brindaré algunos puntos mínimos que deberías considerar antes de iniciar cualquier tipo de terapia, ya sea de forma virtual o presencial.
¿Cómo es una terapia en línea?
Podrás encontrar distintos servicios de terapia en línea o a distancia a través de videoconferencias, llamadas telefónicas e incluso por conversaciones escritas en un chat; sin embargo, quisiera señalarte que la experiencia más próxima a cualquier proceso terapéutico presencial sería a través de una videoconferencia, debido a que brinda la posibilidad de tener un contacto visual directo y esto puede funcionar mucho mejor en el mutuo intercambio de información.
Dicho esto, el primer paso es acordar una fecha y una hora para conectarte con tu terapeuta. Para ello, podrán hacer uso de cualquier plataforma que les convenga (Google Meet, Facebook, Whatsapp, Zoom, Skype), el objetivo principal es que puedan tener una conexión estable y un espacio privado para llevar a cabo la sesión.
También podrás tener contacto con tu terapeuta por otros medios (mensajes escritos, correos electrónicos o llamadas telefónicas), pero considera que éstos podrían reservarse de manera más específica para dar algún tipo de seguimiento entre tus sesiones o bien, para alguna intervención en crisis, pues difícilmente se podrá dar una sesión integral completa sólo por estas vías.
¿Cuál es la duración de las sesiones?
La duración aproximada de las sesiones usualmente será de una hora, de la misma forma que lo harías en una terapia presencial. Y la ética de tu terapeuta debe seguir exactamente los mismos lineamientos en cuanto al uso confidencial de tu información, durante todo el proceso.
¿Cada cuándo se agendan las sesiones?
Esto dependerá completamente del acuerdo terapeuta-paciente, y debe quedar especificado desde la primera sesión. En cualquier caso, considera que la terapia es un proceso activo, por lo que va ajustándose de acuerdo a la mutua evaluación terapeuta-paciente.
¿Cuántas sesiones serán necesarias?
La duración total del proceso terapéutico dependerá, al menos, de dos factores: el enfoque o modelo psicológico que maneje tu terapeuta y la forma en que se evalúe tu proceso personal. Tienes todo el derecho a preguntar esto desde la primera sesión, pero ten presente que pueden mantener una evaluación constante sobre la duración total del proceso y su adecuado cierre.
¿Es mejor la terapia presencial que la terapia en línea?
Cada vez existen más estudios que equiparan la eficacia de ambas modalidades. En términos generales, el desarrollo de la terapia no tendría que representar una gran diferencia, entre la modalidad virtual y la presencial, pues el terapeuta debe ajustarse a los mismos lineamientos de su modelo de consulta. Mientras te encuentres trabajando con un profesionista acreditado, tu proceso debe seguir el mismo flujo que tendría de llevarse a cabo de forma presencial. Por tanto, los resultados dependerán del adecuado manejo del proceso terapéutico y la interacción entre el consultante y el terapeuta. Realmente, más allá de que la comunicación se desarrolle dentro de un consultorio o a través de una pantalla (de la computadora o del celular), el trato ético, responsable y humano, tendrá que ser el eje rector de cualquier tipo de terapia.
Finalmente, cuando busques iniciar tu proceso psicoterapéutico (de forma virtual o presencial) te recomiendo poner atención en los siguientes puntos:
- Busca acudir a un profesionista certificado. Si lo consideras necesario solicita su cédula profesional o su historial de trabajo. Piensa, por ejemplo, que no acudirías con un médico, un arquitecto o un dentista que no se encuentre acreditado para brindarte el servicio y la atención que requieres. Aplica lo mismo para tu consulta psicológica.
- Considera que existen diferentes modelos y especializaciones que guían la práctica psicológica. Pregunta qué tipo de enfoque maneja el terapeuta con el que acudes y evalúa si éste se ajusta a tus necesidades. No acudirías con un bombero para solicitar que te revise un dolor de espalda; del mismo modo, requieres saber si el terapeuta cuenta con la especialización en el trabajo que necesitas.
- Evalúa cómo te sientes durante los primeros encuentros con tu terapeuta. Un elemento fundamental en tu proceso terapéutico es que logres sentirte en un espacio seguro, confortable y de libre expresión. Si algo no termina de convencerte durante estos primeros encuentros, puedes suspender tu proceso en cualquier momento. No siempre el primer terapeuta que consultes será quien podrá acompañarte adecuadamente en tu proceso psicoterapéutico. Busca la alternativa que sea más adecuada para ti.
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