Autor: Lic. Sergio Herchcovichz
[Fragmento]
La teoría de los opuestos en la obra de Carl G. Jung
La obra de Carl G. Jung se encuentra atravesada permanentemente por la idea china del Ying y el Yang, desde los principios energéticos hasta los tipos de personalidad, desde la oposición consciente-inconsciente, hasta la compensación propia del sueño; y sobre todo si tomamos todo el desarrollo de los trabajos alquímicos. Pero es esencial, desde mi punto de vista, el hincapié que hace sobre el tema de la sombra, o más precisamente de la oposición persona-sombra. Carl G. Jung nos sugirió sabiamente que uno de los primeros pasos que se deben dar al iniciar un análisis es el enfrentamiento con la sombra.
La sombra no forma parte de la imagen consciente que tenemos de nosotros mismos, se oculta en los umbrales de lo inconsciente y actúa en forma indirecta, por eso debemos aprender a verla cuando aparece e iniciar con ella un contacto más fluido que nos permita conocernos a nosotros mismos. También, en el marco social, la sombra se filtra en la discriminación, la marginación y la violencia colectiva. Por ejemplo, si tomamos la situación de los países latinoamericanos y africanos respecto del mundo colonizador, observamos que prevalece la desnutrición, el analfabetismo y la violencia, quizás porque no son otra cosa que la sombra de los ex colonizadores, que dejaron las máscaras en sus lugares de origen y explotaron la sombra en los países colonizados. El mundo compensa pero en un solo sentido, si cada país atravesara su propia sombra y la integrara, no necesitaría depositar la basura fuera de su hogar.
El diálogo entre opuestos
En los comienzos de un análisis, podemos determinar qué tipo de personalidad presenta el paciente (introvertido o extravertido) a través de nuestra observación y su relato, podemos también conocer su persona o máscara, y, si oponemos a ésta la polaridad, podemos acceder a la sombra. Pero para el paciente esto no es tarea fácil, él tiene que darse cuenta de quién es, y es él quien debe aceptar esa parte que no reconoce y vive como ajena a su vida. Ante una situación de conflicto, suelen aparecer dos posiciones encontradas, dos fuerzas de signo contrario, dos personajes arquetípicos que luchan con ánimo de prevalecer sólo uno de ellos. Son contrarios que se atrincheran en su posición y no quieren resignar ni un centímetro, uno se encuentra en un polo y el segundo en otro. Sin embargo, tanto uno como el otro tienen cosas que decirse, proponemos al paciente que sostenga un diálogo fantaseado y así estos dos aspectos pueden mostrar lo que piensan, sienten y creen, y así, confrontar. Pueden discutir, pelear, llorar o reír juntos, hasta que logren entenderse y finalmente integrarse.
Jung en su libro Misterium Conjuntionis, refirió justamente sobre el tema de la integración de los opuestos simbolizado esencialmente en la imagen del casamiento alquímico, y en los atributos alquímicos del sol y la luna (Li y Kan en el pensamiento chino), como opuestos masculino y femenino. "Todo es doble; todo tiene dos polos; todo su par de opuestos: los similares y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades; pueden reconciliarse todas las paradojas." (Hermes Trimegisto, El Kybalión , Bs. As. 1998, pág. 85). La sombra funciona también como un opuesto invisible, un contrario que, aunque funciona todo el tiempo, no se ve. Pero sí observamos sus efectos en nuestras conductas: se agazapa en el malhumor, en un comentario a destiempo o escondida en alguna adicción, y se hace presente cuando menos la esperamos; se vive como un otro yo, ajeno a uno mismo. "Si quieres que algo se junte, debes dejar que primero se separe, si quieres que algo disminuya, debes dejar que primero aumente". (Lao Tse, Tao Te Ching, Bs. As. 1998 pág. 60).
En el transcurso de un análisis la sombra se manifiesta continuamente a través de diversos mecanismos: la proyección, la negación, la represión y la somatización, en su aspecto negativo, y en la identificación en su aspecto positivo. Cada vez que la sombra aparece nos abre una puerta, así nos dice Jung: "El encuentro con uno mismo, al principio, es el encuentro con la propia sombra. La sombra es un pasaje, una puerta estrecha y no hay forma de bajar al pozo profundo sin sufrir el dolor del angostamiento que implica cruzarla. Pero hay que aprender a conocerse a uno mismo para saber quién se es. Porque, por sorpresa, lo que se encuentra detrás de la puerta es una vasta extensión de incertidumbres sin precedentes, sin derecho ni revés, sin parte superior ni inferior, sin ubicación ni pertenencia, ni bien ni mal. Es el mundo del agua…, donde soy indivisiblemente esto y aquello al mismo tiempo, donde experimento al otro dentro de mí mismo y el otro fuera de mí me experimenta a mí." (Carl G. Jung, Collected Works vol. 9,1, pág. 22).
Nuestro trabajo con la sombra consiste en desenmascararla, concientizarla y reconocerla como propia, saber que todos contenemos dos polaridades que nos enfrentan con la vida, integrar esas polaridades y reconocer ese Opuesto Invisible, es la tarea para luego poder recorrer el largo camino de la Individuación.
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